Con la llegada de un nuevo integrante a nuestra familia intentamos prepararnos de todas las maneras posibles, dispuestos a brindar todos los cuidados fundamentales. Y así como vivimos el primer momento para alimentarlos, cambiar su pañal, tenemos para disfrutar el momento de bañar al bebé primera vez.
A la hora de convertirnos en una familia y decidir tener hijos empezamos un viaje lleno de cambios y transformaciones en el cual aprendemos y descubrimos todo un mundo. Las personas gestantes y compañeros en este viaje se preparan para recibir al bebé.
Desde el embarazo nos embarcamos a conocer los cambios de nuestro cuerpo, los cuidados principales para alimentarnos, dormir y prepararnos para el momento del nacimiento. Leemos, estudiamos y preguntamos entre familiares y conocidos todo lo que se pueda.
Intentamos conseguir todo lo necesario para que nada le falte a nuestro bebé. Aprendemos de los pañales, los talles y propiedades para tener listos a su llegada.
Aprendemos sobre los cuidados necesarios: su alimentación, frecuencia, todo lo fundamental para amamantar tranquilamente. Incluso celebramos dichosos preparando el baby shower, compramos biberones, ropa, toallitas y biberón.
Es un momento lleno de emociones, exaltación y anhelo para toda la familia. El tiempo pasa y los días se acercan para su llegada y así conocer a nuestra hija o hijo.
Tras el nacimiento empezamos a conocer a nuestro bebé, y a descubrir sus propios tiempos para comer, para dormir, y también, aprendemos cómo cuidarlo. Bañarlo es una de las tantas actividades que realizaremos.
Ahora bien, como ocurre con todo bebé a la hora de bañarlo es normal sentir algo de nerviosismo; sin embargo, podemos prepararnos y tener presentes los siguientes consejos para tener un momento de calma para nuestro bebé.
¿Cuándo es el momento adecuado para su primer baño?
Tras el nacimiento del bebé debemos tener presente los primeros días en los cuales aún tiene una parte de su cordón umbilical. Durante esos días estamos a la espera de que se seque, se caiga y cicatrice el ombligo.
Para cuidar este proceso se recomienda que se realicen baños de esponja al bebé. Tanto para proteger su piel, como evitar que se humedezca el cordón umbilical.
Este periodo no será muy largo, ya que dentro de cinco a siete días se caerá el cordón. Así que, en primera estancia, su primer baño en casa será un baño de esponja.
¿Qué debo tener presente para el baño de esponja?
Para el primer baño de esponja de nuestro bebé debemos tener presente lo siguiente:
- Generar un ambiente cálido y cómodo. Ya que vamos a asear el cuerpo del bebé, necesitamos apoyarlo en un espacio plano pero cubierto con una colcha y toalla suave. Para que se sienta cómodo y evitar cualquier irritación en su piel. De igual manera, evitar que pase frío y se sienta incómodo con la experiencia.
- Tener todos los utensilios preparados. Es importante tener el recipiente con agua tibia, toallitas húmedas, una toallita para secarlo, otra con la cual lo vas a cubrir.
- Apoya al bebé sobre la superficie cubierta, asegúrate que no se va a caer o resbalar. Cúbrelo con una de las toallas suaves. Vas a ir descubriendo por partes para asearlo. Asegúrate de que esté cómodo y en un lugar cálido.
- Vas a empezar por su cara, con suavidad. Y después, podrás pasar a otra parte del cuerpo.
- Al descubrir una de sus extremidades, pasarás la toalla húmeda con mucho cuidado. Ten presente pasar por los pliegues. Ten presente los mismos pliegues para secarlo bien y evitar que quedé húmedo.
Al terminar podrás ponerle su pañal y vestirlo con lo que deseas. Ahora si por accidente se mojó el cordón umbilical, sécalo con mucho cuidado y déjalo al aire por un momento para que quede bien seco.
Luego de que su cordón se seque y se caiga, podrás esperar dos o tres días para bañarlo.
Qué debo tener presente para su primer baño: consejos y recomendaciones...
En este instante cuando su cuerpo ya está preparado para el primer baño vamos a tener presente tener todo los utensilios y el lugar adecuado para bañar a nuestro bebé.
Necesitamos tener una bañera para bebé, toallas, jabones hipoalergénicos neutros, elementos como shampoo para bebés se aconseja usar una o dos veces por semana, ya que varios pediatras difieren en sus opiniones al respecto.
Ten también en cuenta la temperatura del agua, es de suma importancia que esté entre 32° a 35°, al igual que la temperatura corporal. Prueba el agua con el interior de tu muñeca o tu codo para sentir bien la temperatura.
A la hora de realizar el primer baño se recomienda que sea breve, ya que el bebé aún está aprendiendo a regular su temperatura corporal. Es importante que no tenga cambios bruscos de temperatura.
Cuando esté todo listo, con nuestra mano hábil vamos a sostener al bebé, sujetar firmemente y vamos a sumergirlo. Lo apoyamos en nuestro brazo hábil y con mucho cuidado lo bañamos con la otra.
Al principio puede que no le guste del todo bañarse al bebé, pero encontrando el momento adecuado se puede convertir en un momento de diversión y relajación para nuestro hijo o hija.
Una vez terminemos de bañarlo, debemos secarlo con mucho cuidado, secar muy bien todos sus pliegos para evitar cualquier irritación en su piel.
¿Cada cuanto debo bañar a mi bebé?
Tras su primer baño luego de que se cayó el cordón umbilical se recomienda que se bañe el bebé de dos a tres veces por semana.
También ten presente que también puedes lavarlos cuando vas a cambiar su pañal, para asear bien sus partes genitales y prevenir cualquier irritación.
¿Cuál es el mejor momento del día para bañar a mi bebé?
Es muy común sugerir que se bañe a los bebés a las noches, para relajarlos y prepararlos para dormir. Con el tiempo y mientras se acostumbre el bebé se podrá descubrir cuál es su mejor momento, que se adecue a su rutina y sus costumbres.
Siempre acompañando al bebé
Es fundamental ser cuidadosos y delicados durante el primer baño del bebé, para que poco a poco se acostumbre a la sensación. Luego, también hacerlo divertido ya que es uno de los primeros momentos íntimos entre el bebé y sus cuidadores.
También es importante tener presente hablarle, cantarle, y comunicarle lo que se está haciendo. De ir por pasos por su cuerpo, hacerlo sentir seguro, cómodo y tranquilo.