Sea cual sea el producto que decidimos usar en el cuerpo de nuestros hijos e hijas, debemos ser muy conscientes de su composición y necesidad, para lograr así que sea un uso eficiente y no contraproducente sobre el cuerpo de nuestros bebés. En el mercado tenemos una amplia gama de productos para bebés para distintos cuidados, entre ellos tenemos varios productos cosméticos infantiles, que van desde las cremas para bebés y aceites para bebés hasta los talcos para su aseo y cuidado de la piel.
El cuidado de la piel de nuestros hijos e hijas requiere de una debida atención, ya que podemos sentirnos confiados debido a que su piel es muy suave o a las creencias populares sobre el cuidado de la piel de los bebés.
Sin embargo, gracias a diferentes estudios se ha aprendido mucho más sobre la crianza de los bebés, y de igual manera, comprender qué necesitan nuestros hijos e hijas durante sus diferentes etapas.
Al comprender mejor su desarrollo y crecimiento nos permitirá saber cómo actuar de la mejor manera en cada una de las etapas del bebé, conseguir lo que necesita y usar los productos indicados para acompañar su crecimiento.
Dentro de la discusión sobre el cuidado del bebé en sus diferentes etapas, también nos preguntamos sobre el cuidado de la piel del bebé, el proceso del baño, y también el uso de cremas y productos cosméticos idóneos para proteger la piel de nuestros hijos.
Primero lo primero: la piel del bebé
La piel de nuestro bebé no es la misma piel del adulto. Este punto es crucial puesto que requiere de nuestra atención detallada, nuestro bebé pasa por un periodo de adaptarse al mundo que lo rodea, y esto incluye los cambios de ambiente y temperatura, durante esta adaptación podemos notar una sensibilidad al aire, al sol y demás circunstancias que se encuentran a su alrededor.
Además, como cada recién nacido es diferente, implica que cada uno tiene su propio proceso de adaptación al lugar en el que vive. En algunos casos deberás tener más cuidado a la temperatura, al sol, en otros tendrás que prestar cuidado a la humedad o el viento, entre otros aspectos circunstanciales.
No obstante, sea las que sea, debemos comprender que la piel de nuestro hijo o hija se está adaptando al mundo y como tal puede llegar a necesitar de un apoyo extra para asegurar que sea un proceso sano y no pase por momentos que puedan lastimar su piel.
¿A qué nos referimos con lastimar su piel? Pues bien, la piel del bebé es mucho más sensible y delgada que la piel de un niño u adulto y esto es debido a que las capas de la piel, que son la dermis que es la capa interior, y la epidermis, la capa superior, se encuentran ligeramente más separadas.
Es decir, que esta etapa en la formación de su piel explica su alta sensibilidad ante distintos factores que lo rodean, de ahí a que sea tan sencillo notar que el bebé tenga sarpullidos, eritemas, picazón, eczemas y otros tipos de irritaciones o heridas superficiales.
Sin embargo, hay otra consecuencia a la separación que existe entre estas dos capas de la piel, y es que la piel del bebé o del recién nacido suele perder humedad más rápidamente. Y es por esto que es importante considerar el uso de cremas hidratantes, pero cuál es el momento preciso para empezar a usarlas.
El momento y la frecuencia del uso de cremas hidratantes
Aplicar cremas hidratantes a la piel de nuestros bebés debe convertirse en parte de la rutina de cuidado de nuestros hijos e hijas. Su piel, como bien acabamos de explicar requiere de cuidados especiales debido a su estado de continua formación.
Ahora bien, sabemos que tras el nacimiento del bebé se suele esperar un tiempo para empezar a bañarlo debidamente por proteger el proceso de cicatrización de su cordón umbilical; esto incluye también el uso de productos cosméticos como cremas y jabones para la piel del bebé.
Dicen incluso, que durante los primeros seis meses no sería necesario el uso de productos externos; sin embargo, puede que no sea así y que una crema neutra para bebés hidratante pueda ser bastante útil para proteger la piel del bebé.
Una vez que se empiece a implementar el uso de cremas hidratantes que sean hipoalergénicas, de pH neutro y que no contengan ningún tipo de perfume, o también incluir el uso de aceites naturales para ciertos cuidados específicos, podemos trasladar su uso a uno diario.
Siempre pasando por la necesidad y las características particulares de la piel de nuestro bebé. Si bien todos tienen su piel más delgada y necesitan un nivel de hidratación, es importante no hacerlo de más para evitar irritaciones, o si notamos que tiene piel más reseca un uso diario o más regular será el indicado.
Momento de aplicar la crema a nuestro bebé
Una de las maneras de incluir en la rutina de cuidado de nuestro bebé el uso de cremas hidratantes puede incluir un masaje con comunicación verbal y contacto que puede seguir nutriendo el vínculo emocional que estamos empezando a construir con nuestros hijos e hijas.
El procedimiento para realizar un masaje relajante adecuado para nuestro bebé es el siguiente:
- Empecemos con las plantas de sus manitas, hacer círculos con suavidad mientras le hablamos es un buen comienzo, recuerden no excederse en el uso de cremas para proteger la piel de nuestro hijo y no generar una sensación de incomodidad.
- Pasar de ahí a sus brazos, y luego partir de sus pies a sus piernas es una buena forma de hacerlo. Recuerden usar movimientos suaves y no aplicar exagerada presión. Su piel y distintas zonas de su cuerpo son delicadas.
- Por último, poner algo de crema en su cara con cuidado de no exceder la cantidad y evitar sus ojos.
Esto puede ser el cierre a la rutina de aseo que empecemos a vivir con nuestro bebé, poco a poco un momento más para compartir y vincularse con tranquilidad. Recordemos siempre el uso de cremas hechas para bebés, con extractos naturales, un pH neutro y que sean hipoalergénicas.
En resumen
Dentro de los cuidados de la piel de nuestros hijos, recurrir al uso de cremas hidratantes, aceites naturales y otros productos cosméticos puede ser un apoyo útil para el cuidado de su piel. Protegerlo del sol, del viento o cambios inesperados del ambiente es vital para acompañar su crecimiento y fortalecimiento de su piel.