Cómo cuidar la piel sensible de manera correcta 

El cuidado de la piel es parte de todos los hábitos que debemos aprender para mejorar el cuidado de nuestra salud, ya que la piel siendo uno de los órganos más extensos e importantes en nuestro cuerpo necesita el mismo nivel de cuidado que todos los demás. 

Nuestra salud no es un juego, por ende, aprender a complementar nuestro cuidado habitual de nuestra alimentación, nuestro cuerpo y afecciones específicas con el cuidado de la piel, es una forma de mejorar la calidad de nuestra salud.  Así que aprender cómo cuidarla será nuestro siguiente paso. 

Si bien tenemos consejos básicos para cuidar nuestra piel que constan de limpiar nuestra piel diariamente, usar protector solar, hidratar y humectar este órgano tan importante, debemos también considerar que existen diferentes tipos de piel que debemos tener en cuenta para cuidarla adecuadamente. 

Tipos de piel y cómo distinguirlas

Nos podríamos imaginar que es sencillo comprender cuáles son las diferencias entre los tipos piel, y que podemos distinguir a simple vista. No obstante, vale la pena detenernos para conocer las diferentes características de cada tipo de piel para saber con mayor claridad qué tipo de piel tenemos.  

Podemos dividir en general cuatro tipos piel, cada uno de ellos tiene sus determinadas características y requiere cuidados específicos. Afortunadamente, contamos en la actualidad con diferentes productos que se acomodan a las necesidades de cada tipo de piel.  

  • En primer lugar, podemos considerar la piel neutra. Se distingue esta piel porque sus poros son pequeños, no tiene ninguna alteración en ella y suele verse de manera uniforme. Es decir, no presenta irritaciones visibles, ya sea resequedad o alteración en su tono de piel.  
  • Ahora bien, este tipo de piel por no tener mayor alteración o no ser muy sensible no implica que no necesite ningún tipo de cuidado, mantener una limpieza y tonificación de la misma es necesario para que mantenga su estado de neutralidad. El uso de cremas neutras, protector solar, una loción suave que permita una debida limpieza e hidratación son parte del grupo de cremas que permitirán su debido cuidado. 
  • En segundo lugar, hablemos de la piel grasa, en este caso la piel suele tener un aspecto brillante como consecuencia a una producción elevada de sebo, debido a esto es común encontrar problemas como el acné o las espinillas, mejor conocidas como los puntos negros, lo que resulta en poros más dilatados. 
  • Esta piel grasa si necesita un cuidado especial, unos productos indicados que permitan exfoliar este tipo de piel al menos dos veces por semana, su debido tónico y cremas más ligeras que eviten cerrar los poros. De igual manera, requiere un acompañamiento médico ya que puede tener diferentes causas como desequilibrios hormonales, tipo de alimentación, herencia, entre otros.  
  • En tercer lugar, podemos hablar de la piel mixta. Este tipo de piel refiere que se encuentra entre la piel neutra y la piel grasa.  Sin embargo, la zona de piel grasa suele acomodarse específicamente entre la frente, nariz y mentón, también conocida como la zona T.  
  • Ya que esta piel cuenta con una mezcla de características es más sencilla de cuidar a comparación de la piel grasa que ya expusimos. No obstante, esto no implica que no requiera debidos cuidados de exfoliación e hidratación adecuada. Acompañar este tipo de piel con una mascarilla de nutrición puede ser de gran importancia en su cuidado. 
  • En cuarto lugar, tenemos la piel seca que se caracteriza por una falta de humedad en la misma lo cual crea una sensación de tirantez o rigidez en ella. Suele ser algo pálida y áspera al tacto. Esto afecta la apariencia de la piel, ya que suele parecer desgastada. 

Se recomienda el uso de cremas hidratantes, a diferencia de lo que ocurre con la piel grasa. Estos cuidados incluyen que enriquecer la piel con ácidos grasos esenciales, algunas sustancias antioxidantes que sean de ayuda a la piel a recuperar su capacidad de mantenerse humectada de forma natural.  

Si bien, estos son en general los tipos de piel, no son los únicos. Esto ocurre a que nuestra piel puede sufrir cambios con el paso del tiempo. Dichos cambios pueden ser causado por distintas variables, desde cambios hormonales, modificaciones en la dieta alimenticia, cambios drásticos del clima o ambiente, entre otros. 

¿Qué es la piel sensible y cómo cuidarla correctamente?

Ahora, la piel sensible vendría a ser cualquier tipo de piel que suele ser mucho más delicada, es decir, se suele irritar, agrietar, enrojecer de manera continua y sencilla, tanto así que requiere cuidados particulares, incluso, usando productos que cuiden de su pH, hidratación, humectación y protección solar.  

Podríamos exponer a la piel sensible como aquella que reacciona apresuradamente a cualquier tipo de cambio que enfrenta, el mejor ejemplo son las pieles que suelen irritarse rápidamente cuando están muy expuestas al sol o a diferentes condiciones climáticas, que se resecan prontamente y exageradamente.  

Esta piel reactiva o intolerante casi hasta el punto de sufrir por alergias, por ejemplo, se altera más rápidamente que las otras pieles, y ante circunstancias que no suelen causar irritaciones o cambios en los demás tipos de pieles.  

No olvidemos que la piel es un órgano de nuestro cuerpo, y es sin lugar a dudas, el más extenso, por ende, el problema de la piel sensible no es algo que únicamente afecte la piel del rostro, sino que puede notarse en cualquier parte del cuerpo.  

Para empezar para este tipo de piel se recomiendan productos que se ajusten a las necesidades de la piel, con ingredientes simples y naturales para no sobrecargar la piel o irritarla. Con el uso de productos adecuados podrás proteger tu piel evitando que se irrite. 

A la hora de buscar productos que permiten limpiar nuestra piel sin irritarla será importante buscar productos que no contengan ningún tipo de detergente que pueda causar algún tipo de irritabilidad. De igual manera, el agua que usamos para lavar nuestra piel deberá estar en una buena temperatura, algo tibia, no muy caliente, no muy fría. 

Acompañarse de un tónico indicado también es de gran importancia, un tónico que sean elaborados con aguas micelares o minerales pueden servir para proteger y nutrir nuestra piel, evitando el uso de productos que contengan químicos que lleguen a alterar nuestro pH. 

Recomendaciones para el cuidado semanal

Exfoliar nuestra piel es una manera común de eliminar impurezas y algunas células muertas que puedan quedar en su superficie; sin embargo, cuando tenemos una piel sensible debemos tener cuidado de no abusar de este tipo de rutinas. 

Se recomienda buscar exfoliantes naturales que son menos agresivos y contienen enzimas que ayudan proteger nuestra piel, de igual manera, no necesitarás realizar este paso en tu rutina de manera seguida, cada dos semanas sería un periodo de tiempo ideal para mantener el cuidado de tu piel y evitar cualquier tipo de irritación. 

Recurrir al uso de mascarillas relajantes que contienen aceites naturales para relajar tu piel, en sentido, de refrescarla y humectarla son de gran ayuda para cuidar la piel sensible. Usarlas dos veces por semana puede traer un descanso para la piel sensible. 

¿Qué debes evitar para mantener tu piel sana?

Te compartimos una lista de qué debemos evitar para mantener un cuidado de nuestra piel sensible o irritable correcto. Si bien no siempre podemos seguir todos los cuidados, saber qué debemos evitar nos puede permitir cuidar el estado de nuestra piel de manera más sencilla. 

  • Aprender a manejar nuestra ansiedad y estrés puede también tener efecto sobre el estado de nuestra piel, esto evita que irritemos nuestra piel de manera innecesaria. 
  • Los alimentos picantes pueden afectar nuestra piel de manera indirecta, ya que pueden causar alteraciones en nuestra circulación. Al comer alimentos picantes suele aumentar nuestra circulación, afectando así el estado de nuestra piel.
  • El consumo de bebidas alcohólicas o si estamos habituados a fumar cigarrillo también causa alteraciones en nuestra piel, ya sea por la deshidratación que causan las bebidas alcohólicas o el daño en nuestros vasos capilares que es causado por el cigarrillo, alterando así el estado de la piel.
  • Ser prudente con los cambios de temperatura, un cambio brusco puede causar grandes irritaciones en una piel sensible. 
  • El uso de tejidos sintéticos o telas sintéticas también pueden causar sarpullidos u otros tipos de irritaciones en nuestra piel, se recomienda por eso el uso de tejidos naturales tales como el algodón.
  • Algunos productos cosméticos  con activos irritantes pueden causar altos grados de irritabilidad en la piel, es decir, productos que contengan alcohol, retinol o algunos perfumes. Entre más sensible la piel, mejor es usar productos naturales de pocos ingredientes.
  • También existen limpiadores que se clasifican como tensioactivos aniónicos que pueden ser muy agresivos para pieles sensibles.
  • Mascarillas que funcionan con el mecanismo peel- off, que se aplican sobre la piel y después deben retirarse levantando la capa del producto. Esto puede ser de mucha irritación en una piel sensible, es mejor evitar este tipo de productos.
  • El usar agua muy caliente sobre la piel, estas producen un enrojecimiento y sensibilizan más la piel. Es mejor usar agua tibia sobre las pieles delicadas para evitar algún problema con la piel. 
     

En resumen

Si tenemos presente las recomendaciones sobre qué debemos evitar y cómo podemos proteger nuestra piel sensible, lograremos incluir nuestra piel, el órgano más extenso e importante para todos nosotros, dentro del cuidado fundamental de nuestra salud. 

Una piel bien cuidada equivale a una salud protegida, ya que en nuestra piel podemos ver expuestos diferentes problemas que pueden afectar nuestro cuerpo, desde nuestra alimentación, deshidratación, exceso de cansancio, desequilibrios hormonales, entre otros. Es por eso que poner atención sobre nuestra piel puede llegar a ser una forma confiable de estar al tanto del estado de nuestro cuerpo.  

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